sábado, noviembre 22, 1986

María del Pilar Gallardo. Buenos Aires 22 de noviembre de 1986.

 

Buenos Aires 22 de noviembre de 1986.

 

Mi muy querido amigo mío

te habrás dado cuenta, si tus antenas están perceptivas y mis ondas están fuertes, de que ando medio cruzada. Por un momento dentro se en cortocircuito, me pongo impaciente , me olvido las cosas. Ya te comenté que estaba perdiendo momentos presentes preocupándome por el viaje a salta. Bueno después de atorarme de lo que me estaba pasando, empecé a reaccionar lentamente. Hoy por ejemplo, fue un día muy especial, sin ser extraordinario, estuve movediza, dormí muy bien la noche anterior, conocí una zona nueva de Buenos Aires, pensé mucho, capté mucho, descubrí mucho, me vi una película divina, y de ahí pasé a un espectáculo que no tenía planeado ver, y la pasé muy grande, sentí que ya no me trago mal la idea de ir a salta; percibí que estaba sumamente atractiva, Y tuve que admitir que no tengo mino porque no se me canta.

Nilda se fue a un casamiento, y hace calor, y voy a escribirte hasta que me caiga de sueño, y te aviso que para eso falta mucho todavía.

Analizando las imbecilidades que hice la semana pasada, y las idiotas zonas erróneas que están empezando a acosarme, tuve que trabajar duro para dar con la causa de fondo. Primero pensé que era que estaba cansada. Es cierto estoy cansada, pero como razón no es suficiente. Luego pensé que era la crisis que me agarra cuando me siento estabilizada, es una especie de vacío, de falta de objetivos, de no lograr nada nuevo. También es cierto, pero a estar de crisis me requeté acostumbré hace añares; además, eso se soluciona muy fácil, basta con comenzar a hacer cosas nuevas y distintas o simplemente cosas que he dejado abandonadas y en eso estoy. Vivo en la calle, exploro, me estoy impulsando a moverme más sola y ya tengo una idea tremenda para un cuento. Y estoy esforzándome en gozar de mi plata y la gasto según se me ocurre en el momento.

Pero creo haber encontrado mi recóndito secreto, está bastante claro, creo yo: yo quería tener mi departamento antes de irme a salta para sentir que tenía algo mío a que volver; y se viene el arreglo con Alejandra; me sentía paralelamente en todos los demás aspectos sigue siendo una postergación. No se me escapa que es en el fondo una zona errónea: la necesidad de tener un lugar en Buenos Aires a dónde volver, como si eso me garantizará el regreso. Y ese estúpido, porque no necesito que nada ni nadie mensaje para volver aquí; además en el peor de los casos si dejo algo aquí que es mío; nada menos que mi vida. La que yo me hice, la que me busque, la que quiero. Para colmo, hoy hablo con Ofelia por teléfono; estaba estudiando y no hay forma de hablar con ella con tranquilidad. Y le pregunto si podía volver a su casa cuando volviera de Salta. Resulta que una amiga de ella que trabaja en una es estancia como institutriz bilingüe ha decidido reinstalarse en Buenos Aires; y además se viene otra más de Entre Ríos, una profesora de matemáticas. Esta última es la que Ofelia quería encajarme para alquilar juntas. La vio una sola vez y no me dio ni 5 de bola y si es amiga de Ofelia seguro que es traumada. Las cuatro van a alquilar algo juntas y mientras van a estar en el depto y no supo decirme si van a ocuparlo en enero. En otras palabras, se me ha complicado la situación y me veré obligada a pagar dos meses de hotel al pedo so pena de andar de yiro como estuve al llegar; claro que hay otra solución y es muy sencilla, aunque requiere decisión y bolas.

Se trata, naturalmente, de alquilar ya mismo. No es tan disparatado como pudiera parecer, con mis ahorros, si consigo 1 a 150, me alcanza justo para dos meses de anticipo, el mes adelantado y para pagar enero también; porque eso vuelvo a mediados y Alejandra a fin de mes. Esa no puede disponer de plata en este momento, pero eso no importa, lo único que necesito de su parte es la garantía. Más vale que no podría amoblarlo de entrada pero eso es lo de menos, es una pequeñísima molestia comparada con tener un departamento, y con los sueldos de noviembre y diciembre y el aguinaldo algo puedo hacer. Sin contar con que me se solucionaría mi pequeño drama personal de que puta puedo hacer con mi ropa, mis libros, mis casetes, y mi grabadora cuando no esté. Y me saldré con mi testarudo propósito detener mi cueva antes de fin de año, ¿no?

Tengo que fabricarme las circunstancias, y si la montaña no viene a mí, pues sería la montaña. Claro está que tengo que hablar con Alejandra, y si no la llamé hoy se porque se fue a Entre Ríos por el fin de semana, porque tiene un bautismo. Quede en hablarle para vernos durante la semana, y la voy a llamar yo, porque esto es un asunto urgente. Para no hablar a tontas y locas, voy a esperar a que me confirme para decidirme, sobre los cursos de verano, para saber si puedo disponer libremente de mis ahorros. Ya sé que no debería preocuparme por el futuro pero mientras mi tranquilidad espiritual es directamente proporcional a mí independencia económica, y no voy a arriesgarme a tener que pasar el verano en casa de mamá, ó a  vivir de los 100 pesos del Liceo que es lo único que tendré si no trabajo en la empresa.

Como ves, me he puesto muy batalladora. Pero la verdad es que no quiero tener que pagar el hotel, ni quiero volver al hotel al regreso. No quiero, no quiero, y no quiero. Puede parecer un capricho, pero es una determinación. Y aunque tengo plena fe en mi fuerza de voluntad y en que siempre acabo por salirme con la mía, no está de más a sudar un poco. Ayúdate a ti mismo y Dios te ayudará. O dicho de otro modo, poner mi parte consciente a ayudarle a mi parte inconsciente, qué es la que hace todo el gasto últimamente. Quiero tener mi lugar, Oaky, el mío. Un lugar que cenar y arreglar a mi gusto un lugar donde yo haga las reglas. Un lugar que compartir con la gente que yo elija. Estoy harta de vivir como vivo en el hotel, harta de esto que cada vez es más un conventillo.

Cambiemos de tema, que estoy agotada con esto. Anoche soñé con vos. Estábamos en la casa de mis padres en Salta en el dormitorio de ellos. Vos, un tipo, y yo. No sé quién era el tipo, pero sé que era un tipo de 38 años y que a mí me recordaba a un actor. Eso, en el sueño; al despertarme me olvidé de qué actor se trataba, lo que recuerdo es que era más bien petiso y fortachón, y que era grande para vos, así que no te aflijas. Bueno. Ustedes estaban en la cama haciendo un simulacro de cogida, digo simulacro por él estaba completamente vestido y vos solo te habías sacado la camisa. Vos estabas encima de él. Lo que me extrañó, porque de lo poco y nada que me hablas del asunto yo siempre di por sentado que el rol activo no te atrae (contáme, contáme). Lo raro es que después de venías a  que yo te abrazara, Te ponías de espalda a mí y yo te rodeaba con mis brazos y te acariciaba el pecho. Detalles: yo estaba todo el tiempo nerviosa y mirando el pasillo por si venía alguien, porque si los veían se iba a armar un semerendo despelote (semerendo es una simbiosis de semejante y tremendo). Pero ni me molestaba en fijarme cuando era yo la que te franeleada, como si eso fuera plenamente aceptado por el entorno social. Es muy gracioso, después del asunto de Horacio, si mi madre me ve tocarte no más sería un desastre. Otro: otra vez te faltaba el beso del pecho. Yo no sé Oaky, Si seguís con ganas de depilarte, o es que quedé muy preocupada porque una vez hablaste de eso en Cafayate. Se ve que inconscientemente te doy mucha importancia. En cuanto veo un tipo con la mano peluda ó a quien le asoma el vello por el puño, me acuerdo de vos.

Hay algo en tus últimas cartas que me dejó pensando (Hoy las volví a leer de cabo a rabo). No entiendo por qué no sos capaz de admitir derecho viejo que sos homosexual, Parece que te complacieras en dejar a la gente con la duda. No me parece que seas lo bastante hijo de puta como para hacerlo a propósito, para que no sepan cómo tratar de se sientan como la mierda aunque supongo yo que tendrás tu vena de maldad como todo el mundo. Pero me parece que lo haces porque de ser Franco sobre tu identidad sexual que estarías arriesgando a un rechazo frontal, y eso es algo que no soportarías. Hoy hasta tu manera de vestir (No la critico solo la analizo y además me recopa) hoy parece especialmente diseñada para que todos sospechen pero no puedan estar seguros. Pero si lo pareces, ¿hola por qué no lo reconoces?

El otro día no sé qué se me dio, y me estuve acordando del bañero de Cafayate; no de Sergio, sino del traumado, el de la masa turquesa. Y se me ocurrió que en este momento, que estoy más descarada y abierta, sería capaz de ir directamente a hablar con él y preguntarle qué es lo que le pasa. Y como empecé con eso y seguí con esa onda y me acordé de Sergio, que parecía tener muchas ganas de hablar conmigo y no se animaba a acercárseme. En esa época yo todavía defendía mi aislamiento como si fuese algo de lo cual estar orgullosa. Cómo he cambiado, qué barbaridad. Cómo es inevitable, antes de irme para allá voy a hacer un balance completo. Lo hablaremos allá, o mejor todavía, en Cafayate directamente.

No voy a comentar ni media palabra de tu postergación de inscribirte en… (máquina?)

Avísame inmediatamente cuando te mudes, sería terrible que alguien recibiera una carta de las mías, con las cosas que te digo. ¡Uy!

No me comentas una papa de tu amigo; por lo que me decís, pareciera que vos y Raquel no hablan más que de Horacio.

Me enteré que el dueño del Liceo es gay, traumado, viene de traje y corbata. Son lo único que había notado es que es excesivamente formal. Es un tipo joven, no debe tener más de 33 años, y nos trata de usted. Nos estrecha la mano y boludeces así. Pero no es amanerado ni nada. Sé que se cuida. No es mi tipo pero es bueno conmigo, y altísimo, y se viste impecable.

Bueno amor. Me despido. Te quiero mucho y espero seguir soñando con vos. Te mando mimitos.

Posdata: si se separa el sexo del amor da lo mismo hacerlo con quien sea, ¿no?

 

Firmado María del Pilar Gallardo