lunes, marzo 06, 2006

La carta del abuelo Miguel a la abuela Clotilde el día que el abuelo cumple años

 Publicada: 2025-07-23 


Una carta, dos memorias: el amor, la ausencia y el oficio de recordar


 En los días previos al 11 de marzo de 2006, me encontraba hurgando en la memoria familiar. Lo hacía desde una inquietud personal, desde un lugar íntimo: el de un nieto urgido por reconstruir recuerdos, empujado por el amor y el deseo de saber. Esa búsqueda me llevó una y otra vez a la habitación de mi abuela Clotilde, a interpelarla con preguntas que removían silencios largos y dolores aún latentes. Ella, amorosamente, resistía. No era una negativa seca, sino una manera suave de sostenerse, de no desbordarse emotivamente. Yo venía desde el trabajo de la memoria política y social; ella, desde la supervivencia emocional. Nos encontrábamos en ese cruce delicado. Yo pedía memoria; ella ofrecía resistencia. Habían pasado 58 años.

La escena se grabó en mí: mi abuela tendida en su cama, en la misma cama que compartió toda la vida con mi abuelo Miguel Ragone. En mis manos, una carta antigua hallada en la pequeña caja de fotos, que hoy forma parte del Archivo Provincial de la Memoria. La leímos juntos. Buscaba reconstruir nuestra historia, la historia de una familia atravesada por el amor, la lucha y las ausencias.

La carta ofrecía una ventana a la vida cotidiana de mi abuelo en 1948, cuando tenía apenas 27 años. Estaba escrita en el Pucará de Tilcara, un 15 de febrero, el día de su cumpleaños. Hablaba de viajes, amistades, y sobre todo, del amor y la falta que le hacía mi abuela:
“Querida Clotilde, hoy en el día de mi cumpleaños acabo de regresar de Jujuy…”
“Te vuelvo a repetir que te adoro con toda mi alma y que pienso no dejarte nunca más solita…”
“Sos lo único que me falta aquí.”

Mi abuela se emocionó al ver nuevamente la letra de Miguel. Y entre lágrimas suaves, preguntó en voz baja qué habría ido a hacer allá. Curiosamente, sí recordaba que, tiempo después, él le había pedido esa carta. Pero no recordaba que se trataba del día de su cumpleaños. Tal vez porque, ese día, no estuvieron juntos.