Así fue la mañana después de la lluvia con los nenes en el Parque. Malko se comió un pichón de gorrión que se había caído del nido. Nada pude hacer para impedirlo porque lo vi tarde. Me quedo pensando en esos ciclos de la vida. Un perro con tanto amor para dar y al mismo tiempo tan primitivamente violento en sus acciones. Igual que muchas personas que conozco. La cultura nos pone a todos en su bolsa. Los animales se hacen humanos y los humanos, animales.
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