Alejandra Paredes En su muro Face, 2020-04-04 |
La dejé ir. Por fin abrió la puerta y se fue. Se llevó mil años, secretos, lágrimas, hechizos y sortilegios.
Iba llena de gente, de fantasmas y huesos puestos en un bolso, colmado de papeles, grabaciones y algún cuadro por ahí.
Con ella, tintineaban en el fondo, como latas, las voces imposibles de acallar, llenas de reclamos, acusaciones, insultos, promesas...Se fue y cerró la puerta, mientras volaba en el umbral que da a la calle, con sus cabellos largos y sus trenzas de nostalgias.
Ahí salió como disparada, la ilusa, la ingenua, la idiota del corazón.
La solté porque, es cierto, no me quedó otra, era ella, la que venía conmigo y no pudo o no supe, o no quise que se quedara.
Es como haber soplado una luz de la tarde, entonces se fue, riéndose después de las lágrimas.
Eso sí, antes de abrirle la ventana, la abracé, la besé en el alma y le di las gracias porque me trajo hasta aquí, hasta ahora, hasta mí. Paz y bien. Para ella, la que fui.
(Alejandra Paredes)
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