martes, mayo 13, 2025

Conservar desde el territorio: una propuesta que nace en el monte

Hace unos días me encontré con Fernando del Moral después de mucho tiempo. Charlamos largo y tendido en el bar Alta Región. Fue una de esas conversaciones que empiezan por lo concreto —el trabajo en la finca— pero terminan abriendo caminos inesperados. Entre mates, papeles y anotaciones sueltas, fuimos armando una propuesta que ahora quiero compartir: un curso de conservación ambiental pensado desde y para el territorio.

Generada con IA Gemini

Todo empezó con un chancho del monte

La chispa fue una anécdota: personal de Vialidad había matado un chancho del monte. Un hecho que, aunque parezca menor, me dejó pensando. ¿Qué pasaría si diseñáramos un curso de formación para ese tipo de trabajadores? ¿Un espacio donde pensar colectivamente la conservación, el monte, la vida que habita estos territorios?

Esa primera idea se fue ampliando rápidamente. No sólo Vialidad: también técnicos, docentes, funcionarios municipales, estudiantes, jóvenes, militantes, cualquiera que quiera pensar y hacer desde una mirada ambiental crítica. La única exclusión que nos pareció razonable: los académicos “consagrados”, demasiado atados a sus propias lógicas.

Una propuesta crítica, integral y política

Queremos un curso que no sea “neutro”. Que tome posición, que reconozca la complejidad de los conflictos socioambientales, que entienda que conservar también es una forma de intervenir políticamente. Apostamos a una mirada transdisciplinaria, que articule la antropología ambiental, la ecología política, la justicia ambiental, la biología basada en evidencia y el derecho.

Nos interesa que quienes participen del curso no salgan con certezas técnicas, sino con preguntas profundas y herramientas para pensar desde sus propios territorios.

Cuatro unidades, un enfoque inductivo

Estructuramos el curso en cuatro módulos principales:

1. Políticas de conservación y antropología ambiental

Una introducción general que repasa conceptos clave, marcos institucionales, y propone una mirada crítica sobre cómo se construyen las áreas protegidas y cómo se viven desde lo local.

2. Conflictos socioambientales y derechos humanos

Analizamos cómo surgen estos conflictos, qué derechos están en juego, y cómo se gestionan. Nos interesa especialmente pensar en la participación ciudadana y el rol de las comunidades subalternas (sin exotismos).

3. Derecho animal y ética ambiental

Reflexionamos sobre nuestra relación con los animales y la naturaleza. Hablamos de bienestar, de derechos, de nuevas formas de legislar que no sean exclusivamente humanas. Y lo vinculamos con temas concretos como los perros o caballos sueltos.

4. Desarrollo local y gestión ambiental

Volvemos sobre las áreas protegidas, pero desde la perspectiva del desarrollo local y las políticas públicas. La idea es cerrar con una actividad práctica: que cada participante proponga un pequeño proyecto de intervención en su entorno.

Metodología

Queremos que sea un curso vivo. Empezar por casos reales, no por teoría. Usar videos, materiales accesibles, lecturas previas. Hacer charlas breves (máximo 20 minutos), abrir el debate, discutir artículos. La idea es que el aula —sea presencial o virtual— se vuelva un espacio de encuentro.

Pensar en grande, actuar en red

Hablamos de difundirlo a través de la plataforma Comfauna, de invitar a organizaciones civiles, de buscar apoyo de municipios como Las Lajitas, o incluso escalar la propuesta a otras provincias. También discutimos que el curso no debe ser gratuito: no sólo por la necesidad de cubrir costos, sino para darle valor al trabajo que implica. No se trata de regalar saberes, sino de construirlos colectivamente con responsabilidad.

Ciencia desde abajo: eDNA y nuevas posibilidades

En medio de todo esto surgió también una idea que nos entusiasma: impulsar un proyecto de investigación sobre secuenciación genética masiva (eDNA) para identificar biodiversidad a partir de muestras ambientales. Hasta donde sabemos, en Salta esto todavía no se ha hecho. Podría abrir nuevas líneas de acción —y de diálogo— con actores estretégicos.

Críticas al mundo académico (y una pequeña victoria)

No faltaron las críticas a ciertas prácticas académicas: papers que no se devuelven al territorio, promesas de publicaciones que nunca llegan, fondos de proyectos que se esfuman en viáticos y gastos personales. Todo eso lo conocemos bien. Pero también reconocemos que el vínculo institucional puede ser útil si no se le pide más de lo que puede dar.

Yo mismo conté cómo logré colarme en un evento académico de la conservación. Llevé un tema disruptivo —“varones del campo”— que desentonaba con el resto, pero que logró visibilidad. A veces, hay que jugar esas cartas.

Hacer con otros

La charla con Fernando me dejó muchas ideas dando vueltas, pero sobre todo, me renovó las ganas de hacer con otros. Porque si algo nos quedó claro es esto: no alcanza con pensar bien. Hay que ensuciarse las manos. Hay que actuar desde el territorio. Y hay que hacerlo en compañía.


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